En estos momentos los días son lluviosos y las tardes son de escarcha. "No Dream can Heal a Broken Heart" (The last Amazing Grays) suena por los altavoces del viejo aparato de música... música... hay música alegre, triste, bonita y delicada, grotesca y pesada... hay un tipo de música para cada tipo de alma y para cada momento... hoy, es necesario escuchar música de esperanza.
Los tiempo pasan, hay tiempos claros y tiempos oscuros; hay días alegres y días que ya no lo son tanto. Y en esos días, cuando parece que todo va mal, cuando creo que el mundo está completamente al revés, que pagan los justos, que ríen los necios, que sufren los buenos y lloran los santos, entonces es cuando aparece un ángel "As if the world wasn´t ending".
Al principio, no me lo creí. Cuando ya acepté que él quería estar a mi lado, entonces no quería cargarle con tantas cosas, tantos problemas, tantas dudas, tantas incertidumbres... al fin y al cabo, era humano; pero la esperanza siempre infiltra sus rayos en los más oscuros recovecos. Y un día, esa luz esperanzadora, ese rayo, atisbo de iluminación, abrió mi mente y me mostró lo que realmente había venido: un ángel. Un ángel que ha escondido sus alas. Apareció prácticamente de la nada, así, sin más. De pronto llegó, justo cuando todo empezaba a declinar, justo cuando el mundo volcaba, justo cuando la última uña de sol se perdía entre las oscuras brumas del horizonte.
Apareció en el momento justo y oportuno para ayudarme a superar todos los malos momentos. Llegó de la nada para compartir conmigo alegrías y penas, risas y llantos. Apareció en el momento clave para ofrecerme su hombro cuando necesitaba llorar.
Tengo un ángel paseando conmigo aquí, en la tierra. Y es un ángel blanco, puro; un pirata Roberts, que siempre me dice "como desees"; un enano cabezota, que es capaz de abrazar a una elfa y parecer incluso más alto que ella; es un guardián silencioso de mis sentimientos, es el hilo que consigue unir los finos jirones de suelo que quedan bajo mis pies, para que pueda seguir caminando y no caiga en la nada más pura y absoluta; es, en definitiva, mi ángel; un ángel con alas del color del amor más bello y puro.
Apareció de la nada...
de pronto, de entre los asistentes al baile, uno de ellos se quitó la máscara, me mostró su rostro...
de pronto, uno de ellos descubrió ante mí que aún existen personas no embaucadas en brazos del Hada...
de pronto, uno de ellos me llevó lejos de aquel gran conglomerado de gente...
de pronto, uno de ellos me mostró las alas que había bajo su capa, disfraz de mortal, burdo esbozo de lo que éstos aspiran a ser... bajo su oscura capa de Señor de las Sombras, había plumas.
Plumas no blancas, tampoco negras, sus plumas eran rojas, rojas como la sangre, como el fuego, como la rosa, rojas como un clavel o como una estrella de mar; sus alas eran rojas, rojas como el amor.
Estuve a punto de perderme, de hundirme, de volver a abrir la vasija para que escapara aquella última esperanza... pero en el momento más oportuno, él llegó. Mi ángel, un ángel con alas carmesí.
Gracias.
