"This huge, twisted trunk is the highest of all the vallenwoods in the Valley". Within it stories are told, within it tales are lived, he is witness of lots of adventures, because within it lives the magic ...

This is a magical world ...
where castles rises above clouds seas ...
and dreams walk calmly down the street ...
where every one can be that heroe who dreamed of one day ...
and
if they turn back, they see their wishes fulfilled ...
You´ve got a big heart, keep it filled with
happiness, Lord of the Shadows, so you can live more an live forever inside a
heart, inside yours, inside mine...


Every now and then we come across bands who find inspiration for their music in Dragonlance, most often from Raistlin who is unquestionably the saga's favourite character.

DRAGONLANCE MOVIE OFFICIAL WEBSITE

viernes, 9 de diciembre de 2011

Dama de los Mares/Lady of the Seas

Éstas son mis palabras para una Estrella,
una estrella que brilla en el cielo
que brilla eternamente bella. 


Éstas son mis palabras para una Luna
que canta canciones de cuna
sobre mi cama de seda oscura.


Éstas son mis palabras 
para la Dama de los Mares
para que cuando las lea,
sonría y entone cantares.


Porque las canciones más bellas
las canta ella para mí
porque bajo las estrellas
se merece ser feliz. 


Éstas palabras son las primeras que escribo
directas desde mi alma a estos versos
a estas cartas que se envían al destino
para ser leídos por quien han de serlo.


Son palabras sin pensar dos veces
son palabras que grita mi corazón
son palabras que tú te mereces
son palabras que cantan tu canción.




This is a poem written from my soul, I´m goin to try and traslate it without losing it, but I cannot keep the ryme and the rithm, I´m sorry.


These are my words for a Star,
a star that shines in the sky
that shines always beautiful.



These are my words for the Moon
who sings lulabys
over my dark seed bed.


These are my words for the Lady of the Seas
for her to read them
and smile and sing songs.


´Cause the most beautifull songs
are sung by her for me
´cause under the stars
she deserves to be happy. 


These words are the frist ones I write
just from my soul to these verses
to these letters that are sent to the destiny
to be read by she who has to read them.


Words without thinking twice about them
words that my heart shouts
words that you deserve
words that sing your song.

lunes, 5 de diciembre de 2011

Erza Scarlet

Éste es el traje de Erza Scarlet, personaje del que me disfracé en el Expomanga 2011:
This is Erza Scarlet cosplay, wich I wore in the 2011 Expomanga:

Ésta es con Gray Fullbuster, nakama de Fairy Tail:
This is with Gray Fullbuster, Fairy Tail´s nakama:


Ésta es con Gazille, el dragonslayer de metal, ex miembro del Element Four de Phantom Lord:
This one is with Gazille, iron dragonslayer from the Phantom Lord´s Element Four:


viernes, 11 de noviembre de 2011

11

El once es un número que trasciende lo mortal, proyecta hacia lo divino, la divinidad, tanto buena como mala, tiene el poder de crear y destruir, de dar vida y quitarla. Prefiero quedarme con lo bueno, paz, armonía, revelaciones divinas, misticismo y Verdad.
Hoy es 11.11.11, tenía que mencionarlo o^^o

Eleven is a number that refers to more than mortal affairs... it´s launched to the divine, divinity, as good as bad, it has the power of creation and destruction, of giving life and taking it away. I like to keep goods more; peace, harmony, divine revelations, misticism and Truth.
Today is 11.11.11, I had to mention it o^^o

sábado, 24 de septiembre de 2011

Venecia/Venice



VENECIA/VENICE













Venecia.



Una ciudad de la que vuelvo totalmente anonadada, no tengo comentarios, no existen palabras para expresar lo maravilloso de este viaje. Es una ciudad que nació y morirá en el mar y, en su pequeñez y su antigüedad, es una ciudad inmensamente grandiosa. Todos sus recovecos, sus esquinas, sus canales y sus gentes son mágicos, diferentes. 
Un viaje increíble. Gracias. o^^o










Venice.



A city from where I come back extremely amused; I haven´t got any comments, any words all over the world to explain the wonders of this trip. It is a city wich born and will die in the sea and, from its littleness and oldness grew a very great wonderful city. All its nooks and cranniescorners, channels and its people are magical, different.
A marvellous trip. Thanks. o^^o






viernes, 2 de septiembre de 2011

Mazmorra: Misión de recuperación (3)


Escrito por Lore. 

Al fondo del pasillo había una puerta, la que se veía a simple vista. Pero además, junto a ésta había otra en una de las paredes. Los compañeros decidieron probar suerte con la primera que habían divisado.
Tras un infructuoso intento de burlar aquel extraño candado que no tenía una sola apertura para introducir una ganzúa, Tüan dejó paso a Kuive que se acercó sacando con el más absoluto cuidado un frasco sellado de uno de sus  bolsillos.
-¿Es marea? –preguntó el mediano mirando el frasquito con expectación.
Kuive sonrió.
-Reacciona en contacto con el aire –explicó- cuidado.
Entonces, con dos dedos retiró el lacre que sellaba el tapón de corcho y abrió el botecito volcándolo rápidamente sobre la cerradura. Un acuoso líquido verdoso se derramó sobre ella produciendo al instante un leve siseo y un humillo gris. Rápidamente la hechicera soltó el frasco y el corcho que se desintegraron por completo antes de llegas siquiera al suelo.
-Ya no debería de oponer resistencia –le comunicó la elfa a Axxis- pero ten cuidado, no roces la cerradura.
El dracónido asintió y de nuevo lanzó a la puerta una fuerte patada que la abrió de un golpe.
Tras ella sólo había otra sala vacía. Más bien una especie de laboratorio. Y de nuevo más muertos humanos esparcidos por ella. Tüan y Kuive se adelantaron de nuevo a inspeccionar el lugar y, al no detectar nada extraño, llamaron a los demás.
-Aquí hay unos barriles con el mismo símbolo que la posada del viejo enano –comentó Adara.
-Todo es muy raro –añadió el mediano, examinando de cerca uno de los cuerpos muertos- por la rigidez del cuerpo y el color de los labios y los ojos, estos humanos llevan muertos mucho tiempo como para no estar descomponiéndose…
-Los drow tienen toxinas que evitan la descomposición –aclaró Darjeeline.
-Pero estos tipos no se parecen en nada a un drow –Kuive, que seguía inspeccionando el laboatorio, habló en un quedo susurro pero todos la escucharon a pesar de encontrarse al otro lado de la habitación, a causa de la resonancia del lugar- no son drows. Alguien nos lo quiere hacer creer, pero no es verdad, no lo son…
-Estoy de acuerdo –el enano ya se encontraba en la puerta del laboratorio de nuevo- y cada vez nos internamos más en este caótico laberinto, no me gusta un pelo así que cuanto antes encontremos el báculo y lo rescatemos y nos vayamos de aquí mejor.
-¿No se supone que a los enanos os gustan las cuevas? –rió Axxis.
-Tú lo has dicho, las cuevas –respondió bruscamente Grimnir- no las mazmorras laberínticas sin ventilar… vámonos.
-Aquí ya no hacemos nada –aceptó la clérigo- sigamos.
Al acercarse a la siguiente puerta, Grimnir comprobó que no era tal, tan sólo se trataba de una gruesa cortina decorada a tal efecto, de forma que en la oscuridad pasaba por madera. El enano la retiró y los dejó pasar; los compañeros se encaminaron a través del pasillo que había al otro lado, Tüan y Kuive unos pasos más adelante, haciendo de avanzadilla y Adara y Grimnir cubriendo la retaguardia con las armas prestas.

Unos momentos después la mecha de la lámpara se consumió y el pasillo quedó sumido en una total oscuridad. Las paredes olían a cerrado y los compañeros tuvieron que detenerse porque ni siquiera los que estaban acostumbrados a ver en la oscuridad divisaban el suelo un par de palmos por delante de ellos.
Kuive invocó de nuevo el pequeño haz de luz que se colocó otra vez frente a ellos y avanzó precediéndolos, guiándolos e iluminando la oscuridad reinante.
Unos metros más adelante una bifurcación les apareció al paso. Dos pasillos, exactamente iguales, a izquierda y a derecha. Tüan y Kuive se miraron y examinaron ambos corredores. No había signo alguno que los diferenciara.
-Propongo que nos dividamos –observó Darjeeline al llegar a donde ambos se habían detenido- yo también puedo invocar algo de luz –explicó dirigiéndose a la elfa- Tüan y tú sois los que exploráis así que podéis ir cada uno por un corredor, yo iré con él para iluminarle, así que Axxis puede ir contigo y Grimnir y Adara que guarden cada uno una retaguardia como han hecho hasta ahora.
-Me parece bien –accedió Kuive- si en una hora no habéis encontrado nada, volved aquí, ¿de acuerdo? Esta bifurcación será nuestro punto de encuentro.
-Bien ¿estáis de acuerdo? –preguntó el mediano al resto.
Los demás dieron su aprobación y dicho lo cual, los dos grupos de compañeros partieron cada uno por un pasillo.

Kuive se adentró por el pasillo de la izquierda, guiando con su orbe de luz a Axxis y a Grimnir.
-Esto está cada vez más hundido bajo tierra –comentó el enano- lo noto en los huesos.
A medida que el corredor descendía, fue estrechándose y el techo fue bajando hasta un tamaño en el que Axxis se sintió incómodo.
-No tengo holgura de movimientos aquí –comentó estirando los brazos a ambos lados del cuerpo y viendo que tocaba ambas paredes con las palmas sin problemas- espero no tener que pelear o no sería de mucha ayuda en un corredor tan estrecho…
La éladrin y el enano no contestaron. Ambos sabían que tenía razón; si los atacaban en aquel pasillo, estarían en clara desventaja.
El corredor siguió descendiendo y Kuive aceleró el paso. Sentía la humedad de las paredes penetrar sus huesos hasta la médula y notaba el temor creciente de sus compañeros hacer compañía a su propio miedo.  No era miedo a lo desconocido, lo sabía, era el nerviosismo propio de los guerreros que saben que van a tener que pelear algún día contra alguien más fuerte, que los puede vencer. Entonces el pasadizo giró otro recodo y una vaharada de frío y cortante viento les salió al encuentro, descendiendo de la bóveda del pasillo que se elevaba de nuevo.
-Este pasillo tiene algo extraño –la elfa cerró los ojos un momento, concentrada- no detecto ninguna trampa mágica, pero caminad con ojo, puede haberlas mecánicas.
Axxis asintió y Grimnir sacó su hacha de doble filo, siempre que la empuñaba, se sentía más seguro, aunque sabía que no le serviría de nada frente a una trampa.
No bien habían avanzado un par de pasos más internándose en aquel pasillo, Grimnir se detuvo unos segundos examinando detenidamente un pedazo de pared.
-¿Qué son estas extrañas muescas de…? –sin embargo, no le dio tiempo a terminar pues un sinfín de extraños chasquidos se oyeron a lo largo del corredor.
-¡Dagas! –gritó el dracónido al tiempo que enganchaba su maza al cinturón y pegaba un salto con una agilidad tal que nadie le habría imaginado a una criatura de su envergadura.
El enano y la elfa tuvieron una décima de segundo para reaccionar. Ella saltó en la única dirección que tenía libre, hacia delante, dio una voltereta en el suelo y se levantó también de un salto para caer con manos y pies varios metros más allá. Él dio un paso adelante y se agachó con la espalda pegada a una zona de la pared derecha en la que no había visto ninguna hendidura y levantó su hacha de doble filo con la que pudo desviar las dagas que salieron disparadas de la otra pared en su dirección.
-¿Alguno estáis herido? –el dracónido, increíblemente sujeto a ambas paredes con manos y pies, como quien escala una grieta de las montañas, se mantenía elevado a unos dos metros y medio sobre el suelo- ¿os ha alcanzado alguna?
-No –respondió Grimnir con los nudillos completamente blancos alrededor del mango de su preciada arma- a mí no…
-A mí tampoco –contestó Kuive- y aquí hay otra puerta…
Entonces, pasado el peligro, el dracónido descendió y el enano se levantó y se dispuso a caminar. Entonces, cuando no habían dado ni tres pasos aún, oyeron de nuevo los innumerables chasquidos en el pasillo.


Tüan caminaba en la dirección opuesta, iluminado por la tenue luz que procedía del amuleto de la semielfa. Adara, tras ellos, avanzaba echando constantes ojeadas por encima de su hombro.

Su pasillo también descendió y se estrechó y ellos también sintieron la humedad y el temor frío les recorrió hasta la médula de la misma forma que a sus otros tres compañeros. Entonces, llegados a un punto, ellos también encontraron un recodo y, tras él, una nueva vaharada de aire gélido.
Tüan se dispuso a continuar avanzando tras observar que en el pasillo no había nada amenazante, pero Darjeeline, sujetándolo por el cuello del jubón, lo retuvo junto a ella.
-Percibo algo –comentó en un susurro, el fulgor de su amuleto reflejándose en cambiantes ondas contra las paredes y el suelo- aquí hay más espacio del que parece.
Entonces Adara se agachó y recogió una piedrecita del suelo para, acto seguido, lanzarla pasadizo adelante. Cuál no fue su sorpresa cuando, en lugar de el característico rebote en el suelo dos o tres veces que debería haber hecho, la piedra atravesó la supuesta piedra y desapareció. Uno segundos después oyeron un lejano clac cuando ésta tocó el verdadero fondo.
-Por las barbas de Takklin… -renegó el mediano adelantando con cuidado un pie y comprobando que justo frente a él ya no había suelo para pisar- ¿hasta dónde demonios llega ese foso?
-Vamos a comprobarlo –Darjeeline se había colocado de rodillas en el mismo sitio en que se encontraba y en aquel momento murmuraba suavemente, con los ojos cerrados, unas extrañas palabras mientras sujetaba fuertemente su amuleto con ambas manos.
En ese momento, como si fuera el favor de Mielikki canalizado por ella, miles de partículas brillantes comenzaron a condensarse entorno al amuleto y, poco después, éste emitio un haz de luz que iluminó todo el pasillo frente a ellas y se adhirió a las paredes como si de un ser vivo se tratase, haciendo que desapareciera la penumbra en que los tres estaban inmersos.
El foso que tenían debajo terminaba en un suelo de tierra lleno de estacas y medía unos dos o tres metros de largo.
-Vale, no es un reto difícil… -el mediano hurgaba en su petate con ambos brazos y casi la cabeza dentro de él.
-¿Qué pretendes? –Adara se movió, pero no consiguió ver lo que éste buscaba hasta que lo sacó: un gran pedazo de cuerda de la cual le tendió un extremo.
-Sujétala fuerte, por favor –le pidió el mediano- si me sale mal, sólo tú evitarás que no me empale yo mismo.
Entonces, el mediano, sin dar tiempo a las otras dos a reaccionar, se ató el otro extremo de la cuerda a la cintura y retrocedió para coger acrrerilla.
-¡Apartaos! Pegaos a la pared todo lo que podáis.
Las dos semielfas hicieron lo que les pedía, Adara enrollándose el extremo de la soga a su propia cintura y sujetándolo con fuerza, Darjeeline sujetando fuertemente el amuleto mientras le seguía pidiendo a su diosa su favor.
Entonces Tüan corrió y saltó al llegar al borde. A mitad del salto, el mediano, asustado, se dio cuenta de que le faltaba impulso, que no conseguiría llegar al final, pero de pronto, bajó él el aire se hizo más denso y luminoso y pudo dar un pequeño impulso más para llegar al otro lado.
Sus pies se posaron en el suelo y rodó para alejarse del borde. Sólo entonces, al ponerse en pie de nuevo, se dio cuenta de todo lo que acababa de suceder. Sin perder un segundo, ató la cuerda a un saliente de roca y se dio la vuelta, sonriendo hacia sus compañeras.
-Yo no puedo saltar así –negó la clérigo.
-No te preocupes –Adara estaba dando vueltas a la cuerda a otro saliente y sujetando el extremo con su propio peso añadió-: utiliza la cuerda, sube los pies y cruza.
Darjeeline, pareciéndole aquello más factible, agarró la cuerda con ambas manos y se aupó, enganchando también los pies mientras Adara hacía de contrapeso con los brazos en tensión y la espada a la cintura. Así cruzó.
Después Adara soltó la cuerda y se ató ella misma a la cintura.
-Ahora os toca salvarme a mí.
Entonces cogió carrerilla y saltó también. De nuevo fue capaz de impulsarse otra vez en medio del aire, gracias al favor que Mielikki le había concedido a Darjeeline. Justo cuando tocaron sus pies el suelo, a salvo en el otro lado, la luz se desvaneció sumiéndolos de nuevo en la más completa oscuridad.

Axxis y Grimnir consiguieron salir de aquella endemoniada zona del pasadizo rápidamente antes de que la segunda andanada de dardos se disparase. Junto con Kuive, giraron el siguiente recodo y se encontraron de nuevo con una puerta al final del pasillo.
-¡Estoy hasta la punta las escamas de puertecitas! –rugió Axxis dispuesto a derribar este nuevo obstáculo.
-Espera –Kuive lo detuvo, colocando una mano sobre la puerta y cerrando los ojos.

Adara, Darjeeline y Tüan llegaron también a otra puerta. Darjeeline también apoyó una mano sobre ella y cerro los ojos.

Nada.
Kuive y Darjeeline abrieron los ojos y avisaron a sus respectivos compañeros.
Axxis y Tüan se acercaron a las puertas, ambas abiertas; la empujaron suavemente, oteando al otro lado: una habitación vacía; habían aparecido cada uno en un extremo de ella. Ambos entraron y, al no detectar nada fuera de lo normal, hicieron pasar a sus compañeros.
Se encontraron todos en una especie de cámara abovedada, de forma redondeada y con las paredes de piedra maciza. Ni un solo ventanuco, ni un cuadro, ni un tapiz. Nada. Sólo paredes y paredes de fría y oscura piedra y un altar gigante vacío en el centr del gran habitáculo. La bóveda se elevaba miles de metros sobre ellos y en la cámara había luz merced a un agujero redondo que estaba practicado en el centro de ésta, sobre él el cielo abierto; ya había amanecido.
-¿Cuántas horas llevaremos aquí? –preguntó Kuive mirando al techo.
-Demasiadas para mi gusto –respondió el enano- ¿y ahora qué?
No bien había terminado de pronunciar estas palabras cuando las puertas se cerraron tras ellos violentamente. Un humo vibrante recorrió la habitación, como si emanara del altar y, de pronto, sobre éste comenzó a materializarse una figura. Frente a ellos tomaba forma rápidamente un ser de trueno y hielo, un titán, acompañado de una ventisca que casi los lanza a todos por los aires, de no ser porque unos a otros se fueron sujetando y Axxis, el más grande de todos, consiguió mantenerse firme en el suelo. De hecho, a Tüan se le levantaron los pies; si Kuive y Darjeeline no lo hubieran estado sujetando, probablemente habría dado un par de vueltas a la habitación –cosa que, por otro lado, no le habría importado probar-.
-Definitivamente, compañeros –dijo Kuive cuando todo se hubo calmado- esto no eran drows…
Una sonora y tenebrosa carcajada hizo retumbar toda la cámara.
-No –la voz, de ultratumba, parecía surgida de todas partes y de ninguna a la vez, pero era el titán el que hablaba, ya que los compañeros lo veían vocalizar perfectamente- no eran drows… sólo eran unas burdas ilusiones para poneros a prueba.
Ninguno de ellos osó moverse, a ninguno le gustaba aquel ser, les daba mala espina. En un movimiento casi imperceptible, Grimnir desató el seguro de su hacha y Axxis y Adara agarraron fuertemente las empuñaduras de sus armas.
-Bienvenidos –continuó el titán, mientras los truenos retumbaban junto a su voz y una vaharada de hielo les alcanzaba- os estaba esperando. De hecho, no confiaba en que llegarais hasta aquí…
El extraño tono de su voz hizo que a la mente de Kuive le viniera el hechizo más poderoso que tenía en aquellos momentos y que Darjeeline agarrara con una mano su nueva guadaña y con la otra su amuleto. Tüan, por su parte, ya había cogido con ambas manos dos pequeñas dagas.
Pero entonces, sin mediar más palabra, el titán se desvaneció y en su lugar apareció un dragón de color azul claro, con los ojos como zafiros. Era casi de la altura de la propia cámara y, cuando extendió las alas, arañó ambas paredes con las puntas de las garras.
El enorme ser los miró con ojos inteligentes nada más aparecer y abrió la boca, dispuesto a lanzar una vaharada de su gélido y letal aliento.
El primero en reaccionar fue Tüan que, con un certero lanzamiento de las dagas, acertó en uno de los ojos del dragón, dejándolo medio ciego y completamente enfurecido.
El dragón soltó una helada brisa a través de su fauces abiertas y los compañeros tuvieron que saltar a ambos lados para esquivarlo. Entonces Kuive, que llevaba unos segundos concentrándose, se levantó, afianzó ambas piernas en el suelo, frente a la imponente criatura y levantó una mano a la par que cerraba los ojos.
Entonces todo desapareció; sólo había blanco, una gran extensión de blanco con algunos retazos de azul. Era la mente del dragón. Kuive buscó su conciencia y, rápidamente, trató de relegarla a lo más profundo de su ser, bajando allí junto con ella, para retenerla.

Desde fuera, el resultado de esto fue que Kuive cayó al suelo al mismo tiempo que el dragón y sólo se salvó del golpe merced a que Grimnir, que se encontraba al lado, la sujetó y la depositó en el suelo suavemente.
La elfa tenía cara de concentración, pero estaba profundamente dormida, al igual que el dragón.

Kuive cada vez se aferraba con más fuerza a los recónditos recovecos de la mente del ser. Los más oscuros y lejanos. La conciencia de la criatura pugnaba por escapar de su abrazo, pero ella se resistía a permitírselo.

En la cámara, Darjeeline se dio cuenta de lo que intentaba su compañera.
-¡Rápido! –gritó- lo está manteniendo dormido, ¡tenemos que acabar con él ahora!
Y acto seguido se adelantó y cargó con su guadaña atravesando una de las patas de la criatura, el único sitio al que llegaba.

De pronto, de la masa blanca e informe que era la conciencia del dragón surgió un estruendoso alarido que desconcentró a Kuive y casi hizo que lo soltara. El dragón invocó su propia conciencia para contrarrestar el hechizo, pero la elfa, concentrándose aún más, empleó todas sus fuerzas y consiguió mantenerla bien sujeta contra el fondo de la más alejada oscuridad de la mente de éste.

El rostro de la éladrin se contrajo por el esfuerzo y la concentración.
-¡¡¡Daos prisa!!! –Adara se encontraba junto con el enano, al lado de la joven Kuive y ambos veían perfectamente los cambios en el cuerpo de ésta.
Un sudor frío le recorría la frente y su cara estaba comenzando a quedarse pálida. Los manos estaban ardiendo, al igual que su pecho que se agitaba rápidamente, junto con su respiración.
Tüan se había acercado por detrás y comenzaba a rasgarle al dragón una de las alas.
En aquel momento la criatura se retorció y el cuerpo de Kuive se encongió completamente, con las manos alrededor de su vientre. Su rostro reflejaba la más absoluta concentración. Entonces se relajó y el dragón cayó al suelo de nuevo, inherte.
-¡Así no hacéis nada! –gritó Grimnir.
-¡Sólo lo enfurecéis y a la elfa le cuesta más retenerlo! –añadió Adara.
Entonces Axxis, que se había dedicado a trepar por la espalda del ser, levantó si maza y descargó el golpe más fuerte que pudo sobre la cabeza de éste. El dragón se revolvió y el cuerpo de Kuive dio una vuelta entera en el suelo, pero aún así, la moribunda criatura, no se despertó.
Entonces, viendo que el blanquecino reptil había dejado su pecho al descubierto, Darjeeline levantó ambas guadañas y las descargó ambas contra el lugar donde debería estar el corazón de la criatura.

Kuive notó que la conciencia del ser comenzaba a apagarse y trató de soltarla, pero entonces fue ésta la que la tretuvo a ella. “Caerás en la oscuridad conmigo” oyó que murmuraba toda la mente del ser a su alrededor, volviéndose cada vez más oscura.

-¡No! –la joven elfa abrió los ojos de golpe al tiempo que se incorporaba, quedando sentada en el suelo, flanqueada por el enano y la semielfa.
-Ha muerto –oyó que decía entonces el mediano, acercándose a ellos junto a la otra semielfa y el dracónido.
Kuive los miró a todos como si acabara de despertar de un sueño.
-Sé dónde está –dijo de pronto.
Se levantó y corrió hacia el altar del centro de la sala, ahora destrozado. Rebuscó entre los escombros y encontró un baúl alargado. Lo abrió, puesto que no estaba cerrado con ningún candado y dentro halló lo que buscaba. Al fin. Cuando alzó la mano, sus compañeros pudieron ver un largo báculo de madera de roble, con el final entrelazado alrededor de una piedra verde. En un lado de la madera, tallado con esbeltas letras había algo en un idioma que no conocían: éladrin. Y bajo ello, una palabra que sí reconocieron: Kuive.
En ese momento, una estruendosa risa resonó en la cavidad, procedente de todas partes y de ninguna. Al mismo tiempo, el dragón muerto se desintegró en volutas de humo y la sala se oscureció ligeramente.
-Quiero salir de aquí ya –comentó darjeeline- este extraño lugar de muerte y destrucción no me gusta nada. Es como si no estuvieramos en el mundo real, como si fuera un lugar paralelo, extraño… me da mala espina…
-¿Y cómo salimos ahora? –preguntó Axxis- ¿volvemos atrás?
-Eso… -sonrió Tüan abriendo de nuevo su petate y metiendo una mano en él, rebuscando- …o salimos por la salida más cercana.
Entonces levantó la vista y todos lo siguieron. Alzaron sus ojos hacia el techo, hacia el agujero, el cielo abierto. Hacia su vía de escape, el aire puro, su ansiada salida. Alzaron los ojos hacia el mundo de arriba, hacia su hogar, el mundo real. 

martes, 30 de agosto de 2011

Mazmorra: Misión de recuperación (2)



desarrollo de batallas

***Estas historias serán las únicas que no escribiré en inglés porque son demasiado largas y porque aún no tengo suficiente vocabulario y soltura como para narrar algo tan extenso en ese idioma, mis disculpas. These stories will be the only ones wich I´m not gonna write in English because they are too long and I don´t have enough vocabulary or looseness to tell something so long in this language yet, my apologies***. 

Tuän terminaba de guardar una cimitarra oxidada que había encontrado entre las ruinas con sus pertenencias -se le había ocurrido que podría venderla a algún chatarrero por un par de monedas-, cuando los compañeros llegaron a la puerta que sellaba el pasillo. Se la había guardado porque, aunque parecía estar abandonada en los escombros, Tuän tenía un sexto sentido para las cosas importantes y tenía la impresión de que si llevaba aquella bella arma a un herrero, éste podría sacar todo su potencial y, al menos, podría venderla por bastante dinero.
            Todos se habían quedado parados frente a la puerta cuando llegó el mediano.
-¿Qué ocurre? -preguntó indiferente- ¿no entráis?
-La puerta está abierta... -la hechicera estaba observando a través de la rendija que dejaba la puerta- ... repito que ya saben que íbamos a venir. ¿Por qué? No lo sé, pero lo sabían...
-... y son drows -completó Darjeeline los temores de Kuive.
-Exacto, no detecto ninguna trampa mágica -terminó mirando al pícaro.
-Dejadme a ver...
Tuän se acercó a la puerta y la abrió lentamente, con los ojos bien abiertos y las piernas flexionadas, dispuesto a no dejarse engañar por nada más aquel día.
Se adelantó en la habitación contigua, seguido de cerca por Kuive y más atrás por los demás. Ambos se dirigieron hacia la parte derecha de la habitación, cada uno por su propia razón: ella porque había una gran estantería plagada de libros de tiempos inmemoriales; él porque había descubierto un cadáver de humano extrañamente colocado en el suelo y sospechaba que ahí había algo. Darjeeline se dirigió a observar una extraña estatua de la esquina opuesta de la habitación. Los demás se mantuvieron juntos en el centro de ésta, con las armas prestas y vigilando. Ninguno se fiaba un pelo ni de los drows, ni de sus cuartos semienterrados en la oscuridad.
-Cada vez tengo más claro que nos esperaban –comentó el mediano, levantando un ápice una de las anchas mangas del hombre muerto y observando debajo, con los ojos a ras de suelo.- no mováis a este pobre incauto –continuó diciendo- hay una trampa de presión bajo él… ¡Aaah!
 Junto con Tüan, los demás dieron un respingo al oír un fuerte ruido procedente del otro lado de la habitación. Darjeeline había movido la estatua que se estaba dedicando a examinar y, bajo ella, todos descubrieron un cofre sellado.
-Permitidme que os ayude, mi valerosa dama –el mediano, alentada su curiosidad de nuevo, se acercó al cofre alargado que sostenía la joven y se dedicó a examinar la cerradura.
-Esto es muy extraño… -murmuraba por su parte la éladrin, haciendo que el dracónido y el enano se acercaran curiosos a la mesa junto a la biblioteca que ella estaba revolviendo- todo esto…
-¿Ocurre algo? –preguntó Grimnir.
-Es que, todos estos papeles… no entiendo demasiado su lenguaje, pero sí entiendo cosas… es como si fueran anotaciones de campaña… sobre algo inminente… algún tipo de catástrofe y… y sobre mi báculo…
En ese momento Kuive tomó una decisión. Abrió su túnica, recogió y enrolló todos los pergaminos y se los guardó en varios de los bolsillos de ésta, dentro de los cuales parecieron desaparecer.
-¡Una guadaña! –Darjelline, con el rostro iluminado, se levantó, sosteniendo la afilada y brillante arma que el mediano le había ayudado a sacar del cofre- y parece bastante más resistente que la mía…
-¡Podríais llevar las dos! –sugirió entonces Tüan como si de una idea magistral se tratase- ¿creéis que seríais capaz?
-Por supuesto –respondió la clérigo, algo molesta- ¿por quién me habéis tomado?
-Esta puerta está hecha una verdadera basura –comentó entonces Adara que se había acercado a la puerta opuesta del pequeño cuarto- veo a través de sus grietas y al otro lado no parece haber nadie. Probablemente se rompa de una patada.
Se dispuso a golpearla, pero Axxis se acercó a ella rápidamente.
-Déjame a mí.
El enano también se apresuró a acercarse, el hacha presta en ambas manos, pero entonces se percató de que la joven éladrin no había hecho ademán de moverse. Observaba la estantería con ojos atentos.
Kuive conocía prácticamente todos los libros que había allí, o por lo meno había oído hablar de todos. Salvo de uno. Había uno que le llamaba particularmente la atención. Con la cubierta de cuero negro, ajado y raído, probablemente el más colonizado por los insectos de toda la estantería, era un ejemplar pequeño, pero ancho, de cuyo título la hechicera no había oído nunca jamás. Mirando de reojo a los demás, que se arremolinaban ya alrededor de la puerta, se lo guardó también en la túnica y se apresuró a ir con ellos.
-Cuidado Axxis –decía en aquel momento el enano- no sabemos lo que nos podemos encontrar al otro lado aunque parezca que no hay nada.
-Tranquilo –el dracónido, confiado, levantó el pie y descargó una energética patada contra la puerta doble, justo en el centro.
La madera crujió, los goznes chirriaron, el golpe se escuchó por toda la habitación, retumbando, levantando lejanos ecos en los retazos de polvo de las esquinas. Pero la puerta no se abrió.
En aquel momento, antes de que pudieran detenerlo, Axxis volvió a dar otra indignada patada contra la puerta. Nada.
Entonces fue cuando los oídos de Darjeeline y Kuive, que ya conocían los pasos drows, se percataron de que al otro lado había revuelo. Cualquiera que no conociera el sonido de sus leves pisadas, podía pasar aquello perfectamente por un silencio sepulcral, pero no era un silencio sepulcral, eran letales pasos silenciosos.
-Cuidado –Darjeeline habló casi en un susurro- hay drowz al otro lado.
-Cuatro, como mínimo –corroboró la elfa con el entrecejo fruncido- pero me sigue pareciendo raro que loa hayamos oído…
-Me da igual lo que haya al otro lado –respondió el dracónido furioso- voy a echar abajo esta maldita puerta.
-Estad atentos –dijo Darjeeline aprestando una guadaña en cada mano.
Una tercera patada no consiguió derribar tampoco la puerta.
Entonces llegó una cuarta patada, tras la cual se desató un pequeño y descontrolado caos.

La puerta prácticamente se desintegró con un sonoro golpe y, en aquel momento, una lluvia de flechas negras voló hacia los compañeros. Axxis, el más grande y el que estaba frente a los drows, recibió un flechazo en un hombro y trastabilló. Otra de las flechas, dirigida en la dirección de Kuive, fue esquivada por los pelos por ésta, pero no lo suficientemente rápido, por lo que de la herida que le había dejado en el cuello comenzó a manar in ligero reguerillo de sangre. Entonces, un agudo grito los hizo darse la vuelta. Tüan había conseguido esquivarlas todas con una ágil pirueta en el aire y a Grimnir, que estaba detrás y más abajo, tampoco lo habían alcanzado, pero a Darjeeline una de las flechas le había atravesado la pierna, haciéndola caer al suelo, y había salido por detrás limpiamente. Adara, junto a ella, se había echado a un lado y en aquel momento se apoyaba contra la pared, presta a salir corriendo en cuanto atisbara el más mínimo destello drow para acabar con ellos.
-¡Estoy bien! –gritó ella más alto de lo necesario- acabemos con ellos…
Entonces, de detrás de la gran estatua que había en el centro de aquella redonda habitación salieron tres drows y un cuarto se materializó frente al mediano y las dos semielfas, presto a asestar el golpe que preparaba con su mandoble. El golpe iba dirigido al mediano que, rápido de reflejos, lo esquivó de un salto y el mandoble del drow chocó de lleno contra el de Adara, quien lo hizo retroceder unos pasos.
Más atrás, uno de los drows que habían aparecido tras la estatua, apuntó a Axxis con una flecha envenenada que chorreaba una especia de líquido negro muy espeso y disparó, pero el dracónido, harto ya de aquellos intentos de guerrero, lo esquivó de un salto con el que además adelantó varios metros, profirió un grito burlesco y lanzó su maza justo en la dirección del pecho del elfo oscuro, aplastando su caja torácica contra la rodilla de la estatua que en aquellos momentos se hallaba justo detrás. Entonces se dio la vuelta y miró amenazador al que sería su siguiente víctima.
Por su parte, un elfo oscuro con espada larga y escudo se había acercado hasta Darjeeline, a quien creía indefensa ya que ésta estaba tratando de detener la hemorragia de su pierna, rodilla en tierra y desarmada; lanzó una estocada que enseguida fue desviada por el mandoble de la otra semielfa que se encontraba cerca y que había pasado el relevo del otro drow al mediano.
El último de los drows, daga en mano, se había vuelto hacia Axxis ya que era su peligro más cercano. Sin dudarlo ni un segundo le lanzó la daga con todas sus fuerzas, sin embargo, no consiguió sino enfurecer aún más al dracónido por rayar su brillante armadura con ella.
En ese momento Darjeeline trataba de ejecutar un hechizo contra el contrincante de Tüan, pero ambos se movían tan rápido que no consiguió acertarle.
Kuive, a su vez, había invocado un orbe de luz y lo había lanzado contra el oponente de la otra semielfa, pero a éste tampoco había conseguido darle. Sin embargo, el drow contra el que peleaba Tüan tuvo la mala suerte de cruzarse en el camino de la esfera mágica, quedando moribundo en el suelo, en una posición extraña.
De pronto, el enemigo de Adara se volvió y, de nuevo, lanzó otro mandoble a Darjeeline quien, como acto reflejo, se lanzó de bruces al suelo para esquivarlo. Entonces, con una expresión de adusta determinación en su otrora cálido rostro, la clérigo sujetó su colgante con ambas manos.
-Invoco el poder que por Mielikki me ha sido otorgado –decía mientras realizaba extraños y esotéricos movimientos con los brazos y las manos-. Por mi sangre y por mi fe: muere.
El elfo oscuro se había detenido, extrañado y entonces, con una expresión de sorpresa profundamente grabada en su rostro, comenzó a arder en llamas de un extraño tono más azulado que naranja y explotó. Alrededor de donde se había encontrado –un pedazo de suelo calcinado- brillaban miles de pequeños destellos, pavesas encendidas de un fuego celestial.
 El drow que aún estaba moribundo trató de incorporarse de nuevo y atacar a Tüan, pero éste apenas tuvo que moverse para evitarlo; en primer lugar, porque el mismo elfo oscuro había trastabillado y se había clavado su propia espada en una pierna. En segundo lugar, porque Kuive, mientras tanto, había estado vocalizando unas extrañas palabras y de su mano, levantada la palma en dirección al ser, brotó una transparente onda, con el sonido de un estruendoso trueno, que lanzó al drow hacia atrás de golpe. Cuando su cuerpo golpeó violentamente la pared del fondo y cayó al suelo, ya estaba muerto.
Sin embargo, aquello aún no había acabado. El drow de las dagas levantó la segunda y la volvió a lanzar contra el dracónido. Tüan lo vió y también sacó rápidamente un suriken de su manga y se lo lanzó al elfo oscuro, acertándole en el hombro e inmovilizándole el brazo con el que lanzaba a la vez que lo tiraba al suelo, pero había sido demasiado tarde. La daga había dañado de nuevo la armadura de Axxis y éste, cada vez más furioso, se acercaba al elfo de piel oscura con la maza enarbolada. Cegado por la ira, la dejó caer sin apuntar y el elfo oscuro no tuvo más que rodar por el suelo para esquivarlo. La maza del dracónido rompió tres baldosas, levantando una ingente nube de polvo y humo.  Cuando ésta se disipó el drow había desaparecido, huyendo por unos pasadizos traseros. Ya no quedaba rastro de él.

En aquel momento un silencio sostenido se apoderó de la sala. Un silencio pesado, cansado y resoplante. Grimnir, que había estado observándolo todo atónito al lado de Darjeeline, tratando de ayudarla a detener la hemorragia, fue el primero en hablar.
-Tenéis toda la razón del mundo –dijo mirando a la clérigo y a la hechicera- este ataque ha sido sucio, desorganizado y poco menos que desastroso… en nada parecido al de un grupo de drows bien entrenados… y ni que decir tiene que los elfos de Lloth no huyen –añadió mirando en dirección al pasillo por el que había desaparecido el último.
-Yo propongo que lo persigamos –respondió el dracónido malhumorado, tratando de arreglar los desperfectos de su armadura sin mucho éxito- y le demos caza.
-Tranquilo –Kuive lo frenó con una mano en el enorme antebrazo de Axxis- lo pillaremos, vamos a recuperarnos primero… pero Grimnir tiene razón –concedió- son casi los drows más raros que he visto en toda mi vida… y he visto a muchos…
-Ya estoy mejor –Darjeeline se levantó, con la pierna ya vendada y utilizó ambas guadañas para sostenerse- podemos ir tras él si queréis.
-Aquí hay una vieja lámpara –la elfa se había agachado a mirar bajo los escombros que el dracónido había provocado y había encontrado un quinqué de gas lleno de polvo-. Aún tiene mecha y algo de aceite, podemos usarla –dicho lo cual la encendió con un breve chasquido de los dedos. La en principio débil llamita fue creciendo poco a poco, iluminando por primera vez toda la zona. Tras la estatua del centro de la habitación circular había un corto pasillo y, al otro lado de éste, una nueva puerta.
Los compañeros se miraron entre ellos.
-¿Es que esto no va a terminar nunca? –preguntó el mediano, agotando su paciencia.
-Nunca es mucho tiempo, amigo –le respondió la éladrin perdida en sus pensamientos, con la mirada prendida de la titilante llama roja- no la utilices jamás.
-Basta de cháchara –Adara, impaciente, agarró el candil que sostenía Kuive y se internó en el oscuro pasillo.
Todos los demás se internaron también en él, uno tras otro, hacia una nueva puerta, hacia una nueva sala oscura, un nuevo peligro, una nueva batalla. El último en cruzar el oscuro umbral fue el enano. Grimnir echó un último vistazo a la sala, justo a tiempo para ver cómo el cadáver del elfo al que su amigo el dracónido había aplastado contra la estatua, se volatilizaba sin dejar rastro.
Entonces, ya fuera porque el foco de luz cada vez se alejaba más, ya por una extraña coincidencia en los astros del cielo, la penumbra de aquel cuarto se volvió más oscura y densa si cabía, más penetrante, más profunda. 

sábado, 27 de agosto de 2011

Por un sueño / because of a dream

Hoy he soñado un sueño que me ha hecho darme cuenta de una cosa, de que yo reinvento mis límites. Ese sueño conllevará algún día una nueva historia; son nuevos personajes que dan vueltas junto con todos los demás a partir de ahora en mi imaginación esperando ser rescatados de la vorágine en que se hallan inmersos, algún día. Y esos personajes me han demostrado que yo puedo.
He pasado una muy mala racha. Muy, muy mala. Y estoy saliendo de ella gracias a la gente que me quiere, la gente que me ayuda.
Y sé que lo voy a conseguir porque yo tengo un alma fuerte, soy de esos que cuando se caen, se vuelven a levantar; tengo muchas cicatrices en las rodillas de tantas heridas que me he hecho al tropezarme, pero siempre me he levantado de nuevo. Por eso escribo esto hoy, para no olvidarme, para tenerlo siempre en cuenta. Porque yo sé que puedo estar mejor y lo voy a estar.
Lo voy a estar.

Today I´ve dreamed a dream tat made me realise something. Made me realise that I reinvent my limits. That dream will imply someday a new story; they are new caractures that will wander with all the rest from now on in my imagination waitting to be rescued from the big storm where they are inmerse, some day. And those caractures had demostrated me that I can.
I have passed a very bad time. Very, very bad. And i´m getting out of it thanks to people that love me, people that help me.
And I know I´m gonna get it because I have a strong soul, I´m from those ones that when they fall, the get up again, I have lots of scars on my knees from all the wounds I have made myself falling down, but I allways get up again. Because of that I write today, to not forgetting about it, to have it always on my mind. Because I know that I can be better and I´m gonna be.
I´m gonna be.

miércoles, 22 de junio de 2011

colourful brushstroke

A veces te encuentras con una persona que tiene una sonrisa para ti. Una buena persona, amable, que te llena los últimos retazos del día con una pincelada de color.


Sometimes you meet a person who has a smile for you. A good person, kind, which fill the last snippets of day with a colourful brushstroke.

sábado, 18 de junio de 2011

That feeling.

Do you know that feeling? yes, that one, that´s the one I´m feeling right now...
You know what I´m talking about, don´t you?
It does not smell, it doesn´t make any sound, it has no colour... but grey...
You know it, I know.
You´ve felt it sometimes. Like me. These days... eventually, it´s permanent, eternal.
It´s here. Forever.

miércoles, 15 de junio de 2011

The Wise Man´s Fear

Éstos son dos párrafos del libro de Patrick Rothfuss, El Miedo del Hombre Sabio que me gustaron mucho:


These are tho paragrafs from Patrick Rothfuss´ Wise Man´s Fear, wich I loved so much:


"So yes, it had flaws, but what does that matter when it came to matters of the heart? We love what we love. Reason does not enter into it. In many ways, unwise love is the truest love. Anyone can love a thing because. That´s as easy as putting a oenny in your pocket. But to love something despite.To know the flaws and love them too. That is rare and pure and perfect".


Me encanta :)
I love it :)


"In each of us there is a mind we use for all our waking deeds. But there is another mind as well. A sleeping mind. It is so powerful that the sleeping mind of an eight year old can accomplish in one second what the waking minds of seven members of the Arcanum could not in fifteen minutes".

martes, 31 de mayo de 2011

Uno de esos momentos / One of those moments.

Hoy es uno de esos momentos...
...en los que no sé a dónde ir ni cómo, en los que la vida da mil vueltas a mi alrededor, frenética, imparable... y yo, de nuevo, sólo me quiero bajar...

pero entonces, ahora, aquí, una luz asoma de las nubes, una luz brillante, blanca y luminosa... es como un cálido abrazo. Ahora.


Today is one of those moments...
... those when I don´t know where to go, nor ho; those when life gets thousands of laps around me, frantic, unstopable... and I just wanna get off, again...


but then, now, here, a light comes out of the clouds, a bright light, white and shiny... it´s like a warm hug. Now.