"This huge, twisted trunk is the highest of all the vallenwoods in the Valley". Within it stories are told, within it tales are lived, he is witness of lots of adventures, because within it lives the magic ...

This is a magical world ...
where castles rises above clouds seas ...
and dreams walk calmly down the street ...
where every one can be that heroe who dreamed of one day ...
and
if they turn back, they see their wishes fulfilled ...
You´ve got a big heart, keep it filled with
happiness, Lord of the Shadows, so you can live more an live forever inside a
heart, inside yours, inside mine...


Every now and then we come across bands who find inspiration for their music in Dragonlance, most often from Raistlin who is unquestionably the saga's favourite character.

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domingo, 22 de agosto de 2010

Caminar

Ella camina. Lentamente camina. Camina sin zapatos, sin rostro, sin destino. Ella simplemente camina.
A sus pies, una hormiga lleva un grano de arroz a su madriguera. 
Al frente, una farola titila en la oscuridad. 
A la derecha, las aguas del río se escuchan suaves.
A la izquierda, un perro ladra cuando oye a alguien pasar.
Arriba, un búho vuela directo hacia su presa. 
Atrás... atrás ya no hay nada. Atrás, simplemente, nada. 
Ella camina. Lentamente camina. Camina sin zapatos, sus pies descalzos apenas rozan el suelo, liviana, etérea. Sus dedos siguen inconscientemente los surcos de un camino que un día trazó con la punta de las sandalias. Lo abandonó, pero volvió a él. La animaron y volvió.
Ella camina. Lentamente camina. Camina sin rostro. Su cara anterior fue borrada. Sus ojos no lucen, sus labios no brillan, su nariz no se perfila ya contra ninguna sombra. Su rostro se borró, lo dejó atrás. Pero ella sigue caminando, aunque sea sin él, sabe que tiene que llegar, ha de conseguirlo. Si no lo hiciera, no habría esperanza. Y cuando lo haga, lucirá de nuevo su rostro.
Ella camina. Lentamente camina. Camina sin destino. Sin un punto en concreto a donde ir, sin un lugar determinado al que volver. Ella camina por rutas desconocidas, por paseos insospechados. A veces le dan sorpresas, otras, le producen pena. Pero el destino no está fijado. Olvidó de dónde viene, pero la incertidumbre existe en el dónde va. No hay punto final, no hay lugar concreto, no hay destino. El destino es donde el perro le indique, donde el búho la guíe, donde el río la lleve, donde la hormiga no siga, donde las farolas se acaben. El destino es fuera del camino. El destino es como atrás. Atrás es nada. El destino es nada, no hay destino. 

...ella camina; lentamente camina... ella, simplemente, camina...

sábado, 21 de agosto de 2010

¿Por qué?

¿Por qué cuando estoy alegre no tengo tanta necesidad de escribir? ¿Por qué cuando estoy triste, enfadada, o simplemente, el día que me aburro siento tan imperiosa necesidad que no puedo dejarlo pasar? Aunque escriba tonterías, aunque parezca que no sé qué poner dónde, aunque sienta que no quiero continuar mis historias, ni subir escritos al Último Hogar, ni, en definitiva escribir, siento una gran necesidad de hacerlo y siempre en los momentos más difíciles es cuando más escribo. Es cuando más rápido vuelan mis dedos sobre el teclado, cuando más inspirada estoy, cuando me salen las historias más bonitas. Cuando  no he tenido el día perfecto es cuando agarro el ordenador y las letras fluyen de mis dedos como si de ríos de tinta se tratase, como si  no hubiera escrito en mucho tiempo. No sé por qué, ni siquiera sé por qué estoy escirbiendo ahora, pero siento la necesidad. Siento que necesito hacerlo, siento que debo hacerlo. Escribir es mi musa, mi salvación, mi delirio y mi locura. Es mi cadena al cuello, escribir es mi vida. Pero ¿por qué escribo más cuando estoy peor? Quizás necesite desahogarme, quizás, sólo quizás, las paabras sean una forma de expulsar de mi interior todas las dudas y tribulaciones por unos instantes. Ni siquiera sé por qué estoy escribiendo esto ahora, no estoy mal, al contrario. Sin embargo, sí estoy llena de pensamientos, de pensamientos contradictorios que no saben a qué remanso llegar, de turbulencias y saltos de agua que no calman; no es que esté mal, estoy feliz, pero mi corazón está ahora mismo diluviando relámpagos y mi cerebro no sabe si lo que se mueve son las mareas o es un huracán. No sé siquiera por qué me siento así, no sé por qué pienso, no sé por qué escribo...