POR INSPIRACIÓN.Hoy le he narrado a mi abuelo un fragmento de una de las historias que estoy escribiendo; un fragmento que me ha venido a la cabeza en un momento de un ensayo en el colegio, que me ha inspirado para escribir esa parte y de ello ha surgido un nuevo personaje.
Entonces mi abuelo me ha hecho notar algo de lo que no me había dado cuenta hasta ese momento; el fragmento en cuestión y el hecho que me lo ha inspirado no tienen demasiado que ver el uno con el otro. Me ha dicho que era un fragmento muy bonito pero que no entendía de dónde en esa situación me había venido a mí la historia aquélla.
Eso me ha hecho pensar; pensar en el arte, en la inspiración, en los momentos en que llega, que suelen ser los más inesperados; puede que haya veces que unas cosas inspiren otras y que ambas estén directamente relacionadas; pero muchas otras la inspiración se puede definir como aquélla situación, persona, hecho, palabra, gracias a la cual tu mente comienza una inmersión en una actividad frenética que te propone una idea; algo por lo que de pronto, te encuentras en otro mundo (tu mundo), pensando en algo que sí, puede que no tenga nada que ver con lo que te haya inspirado, pero simplemente ha servido de interruptor para que tu mente salte y componga las palabras (en mi caso), las imágenes, las figuras que guardas en tu alma. La inspiración es algo que en un momento concreto abre una puerta o una ventana, o incluso una trampilla y te proporciona un pedazo de nube que tú tienes que ir modelando poco a poco para que tome la forma que tu mente proyecta al ser inspirada. Sólo cuando una persona hace caso a su musa en el momento que ella le habla y sólo cuando abre esa puerta, ventana o tragaluz que a veces es incluso difícil de encontrar, sólo entonces, al componer una obra por medio del alma, es cuando la obra se puede llamar obra maestra.
No obstante, hay personas que, aunque en un momento, una situación, persona, hecho, cualquier cosa, les inspire algo, por la razón que sea (la peor es la vaguería), lo dejan pasar y no dejan salir su genio interior y en ese momento la expresión de su alma se aleja, la obra se olvida, la musa se marcha. Y las personas que hacen esto con demasiada frecuencia, las que no abren nunca sus puertas, ventanas, trampillas o tragaluces, son las que, al final, se quedan sin inspiración; las que ya no podrán hacer más nada creativo, las que pierden el deseo de expresarse, cuya alma duerme; porque la musa de la inspiración no se queda eternamente con aquél que, por propia voluntad, ha decidido no hacerla caso.
Por suerte, hoy en día, todavía las musas tienen trabajo; por suerte, aún quedan personas dispuestas a alargar una mano para abrir un picaporte, un cerrojo, un candado; por suerte, aún hay gente que, como yo, sigue escuchando a sus musas, aunque sea en medio de un ensayo en un colegio, en los lugares y momentos más insospechados, y decide, esté donde esté, plasmar esa inspiración, esas palabras, esas pinceladas, esas figuras… en definitiva, las obras de arte de su alma.
...hoy estaba inspirada..., gracias...
o^^oLorelei majere o^^o
Dama de la Eternidad
